Bueno, bueno, bueno…primera semana navideña, ¡¡¡superada!!! Buff, no sé vosotr@s, pero yo ya estoy agotada. Carreras y más carreras, cuadrando agendas para poder estar con todo el mundo…una copita de vino por aquí, una cervecita por allí, un cafelito aunque sea rápido….y de pronto te das cuenta de que, literalmente, no tienes ni días, ni horas para disfrutar de la Navidad.
diciembre 2015
Nueva confesión: Me encanta tener razón…
Pero, en esta ocasión, podía haber pasado sin ella. ¿¿Os acordáis de lo que os hablé, en el último post?? Pues ya veis, aquí tenéis caso práctico como muestra… yo elegí el frío como temática del reto y la vida decidió, que el frío que me daría, serían 25 grados.
¿¿Conoces ese dicho de; «tú propones y Dios dispone«??
Pues no sé si será Dios, la vida, los elementos o el universo, pero el hecho es que nos pasamos la vida haciendo planes, que luego ella misma, se encarga de desbaratar cual torre de naipes. ¿¿Y que podemos hacer por evitarlo?? NADA!! y entonces, ¿por qué nos frustramos?
Aún no ha terminado el otoño, y ya estamos hablando de frío…ya dijimos adiós, a los todavía cálidos colores otoñales, para pasar a los gélidos blancos y azules…hemos entrado de lleno en el mes de diciembre, con gorros, guantes y bufandas, para vivir a tope el último mes del año…un mes, que para muchos es alegría, fiesta e ilusión y para otros es nostalgia, melancolía y tristeza. Independientemente de cual sea tu caso, lo que si es verdad, es que diciembre es un mes de hacer balance, de echar la vista atrás y hacer un visionado de lo que ha sido el año…coger la lista de buenos propósitos del año anterior y comprobar cuales han sido cumplidos y cuales deberemos poner nuevamente en la lista de este año…