21 días con los cinco sentidos – Parte I

¿¿¿Como os miráis a vosotr@s mism@s???

Alguna vez lo habéis hecho, con la misma benevolencia con la que miráis a los demás???

Esto es algo con lo que llevo luchando toda mi vida y que veo, además, que desgraciadamente no soy a la única a la que le pasa… y es que, generalmente, nunca estoy contenta con lo que hago y siempre le veo algún fallo, algún detallito que me molesta a la vista y que, obviamente, solo percibo yo…de ahí el que me lleve horas y horas, buscando la fotografía perfecta.

A menudo, solía mirar y remirar imágenes de diferentes fotógrafos, soñando con poder hacer algo parecido algún día, quedándome embobada con la perfección de sus fotografías, e intentando averiguar, como leche conseguían esos fotones….pero esta manera de mirar, cambió radicalmente no hace mucho…veréis, cuando empecé a formarme de manera más profesional, en esto de la fotografía, estaba deseando llegar a ese punto en el que los fotógrafos, nos desvelasen sus trucos…esa clase dedicada a transmitirnos esos tips mágicos y ocultos, con los que son capaces de lograr esos fotones…y ahí justo ahí, fue cuando comenzó mi terapia y mi incesante lucha contra la falta de autoestima…sí, me llevé el chasco de mi vida…no existen trucos…ni uno solo…nada de nada…tan solo formación y tiempo…

A ver, es como cuando sabes cocinar…obviamente, no te sabes todas y cada una de las recetas del mundo, simplemente, sabes las nociones básicas de la cocina y eso, te permite crear, y con el tiempo, vas perfeccionando tus creaciones…la diferencia entre el aficionado y el profesional solo es, la formación y el tiempo….es decir, un conocimiento más amplio de la técnica, y muchísimo más tiempo dedicado a la materia…pues la fotografía es exactamente igual…es el conocimiento de la técnica, lo que te permite crear y luego…muchiiiiiiiiiiiiisimo tiempo haciendo fotos…así de simple…tristemente, trucos cero.

Así que llegados a ese punto, decidí mirar esas mismas instantáneas, que observaba con admiración y deseo, con el mismo desprecio que miraba las mías, es decir, a degüello, a matar, no fijándome en lo que transmite una mirada o una sonrisa, sino buscando esos fallos absurdos que encontraba constantemente en mis fotos…y claro está, allí estaban, todos esos mismos “defectos” que veía en mis fotografías, estaban de igual manera en las del resto de los mortales…y la pregunta es…¿por qué normalmente no los veo?? es más ¿por qué me encantan las fotografías de otras personas, y en las mías no paro de ver fallos que me castigan la vista?

…por la maldita autoexigencia y falta de autoestima…

Esto mismo, lo podemos extrapolar a casi cualquier aspecto de nuestras vidas…cuantas veces os hacéis una foto con una amiga, y al verla decís… «vaya careto que tengo…y tú, cacho perra, siempre sales bien en las fotos»….a lo que tu amiga te responde…  «¿¡¿¿¿yo?!?!? ¡¡¡ si tengo cara de pan mollete!!! tu sí que sales mona”…esto, quitando cuando eres un poco falsilla, con una simple conocida que ni te va ni te viene…en situaciones normales, en las que la foto es con una amiga de verdad…¡nuestras palabras son sinceras!…nos vemos feas, y a nuestra amiga siempre la vemos mona…incluso cuando sale poniendo caretos, la vemos guapa.

De igual manera, cuando vamos a comprarnos ropa…tu amiga sale del probador, con cara de pocos amigos y diciendo… «desde luego, que depresión…estoy para que no me dejen salir de casa…¡¡¡fíjate que mollas!!!» … y tu realmente, no las ves y le dices… «¿¡¿pero que mollas?!? desde luego estás enferma, ¡¡eh!! ponte gafas o algo, porque eso solo lo ves tú»…

…y ahí está la clave, la mayoría de nuestros «defectos», solo los vemos nosotros…

Y es que, de manera individual, pero masiva, han ido programado en nosotros, un maldito software de perfección extrema, que hace que vivamos en una constante búsqueda de algo inexistente…mientras tengamos activado ese chip, seguiremos comprando ampollas flash que te dejan como una de 20 en 5 minutos, rímel que duplican el tamaño de tus pestañas, maquillajes que te dejan la piel como la del culito de un bebe, mascarillas revitalizadoras y serums milagrosos…seguiremos echándole la culpa de que no vamos monas, a nuestro fondo de armario, nunca jamás tendremos ropa suficiente como para ser trendy y jamás de los jamases tendremos ese modelito perfecto, a la hora de ir a un evento….

Y todo es porque nos han programado para ansiar y buscar constantemente, algo que no existe...la perfección…bueno sí, la vemos en los demás…lo que hace que se refuerce la falsa creencia, de que existe, y podemos conseguirla.

Volviendo a la fotografía, nos empeñamos en querer-necesitar equipos mejores, cámaras de miles de euros, y ordenadores impagables, porque pensamos que así, tendremos el fotón del siglo…y nada más alejado de la realidad…la fotografía no la hace el equipo, sino la mirada del fotógrafo…la fotografía es otra cosa…es sentir y amar lo que haces…

…os quiero enseñar algo…

Estas fotografías, son una muestra de premiados y finalistas en los prestigiosos Sony World Photography Awards, y todas están hechas…con un teléfono móvil…sí, estos fotones, pertenecen a la Categoría Teléfonos Móviles.

Después de esta parrafada-truño que os he soltado, solo me queda decir que…después de atar muchos cabos, y tomar muchos caminos, que me llevaban al mismo sitio, he llegado a entender, aunque no a lograr del todo, que en la vida, solo hay un truco…

…QUERERTE.