21 días de frío – Parte II

¿¿Conoces ese dicho de; «tú propones y Dios dispone«??

Pues no sé si será Dios, la vida, los elementos o el universo, pero el hecho es que nos pasamos la vida haciendo planes, que luego ella misma, se encarga de desbaratar cual torre de naipes. ¿¿Y que podemos hacer por evitarlo?? NADA!! y entonces, ¿por qué nos frustramos? 

Llevo toda la vida, luchando con mi frustración continua cuando algo no sale según lo previsto, pero a día de hoy pienso…

¿¿será que planeo todo, de manera excesiva??

¿¿será que doy por hecho, que lo que pienso va a suceder pase lo que pase??

Desde que tengo uso de razón, estoy haciendo planes, encasillando mi vida en una cuadrícula sin sentido, escribiendo listas de tareas interminables, las cuales, parecen estar escritas a fuego, porque no permito modificación alguna…¿¿Y para qué??

Parece que no aprendo con el paso de los años, parece que toda una vida a mis espaldas no me haya servido para entender, que por muchos planes que haga, la vida elegirá cuales se harán, cuales no, y cuales si, pero de otra manera…parece que no acabo de interiorizarlo…no, porque sigo sufriendo en exceso cuando algo no sale como yo quiero, sigo desilusionándome y viéndolo todo negro, cuando algo no sale según lo planeado, sigo pensando que el universo está en mi contra y no me deja avanzar….

Pero luego me vienen rayos de luz, y me enfado conmigo misma por pensar eso, por tener en cuenta solo lo malo, cuando lo que me rodea, es más que bueno…tengo suerte, mucha suerte…tengo salud, amor, familia, trabajo, amigos…¿¿¿que más quieres??? Pues nada, un pequeño contratiempo es capaz de enegrecerlo todo.

Se acerca un nuevo año, y como no podía ser de otra manera, toca hacer listados; cosas hechas, cosas por hacer, buenos propósitos, metas, retos…pues en todos esos propósitos, listados y proyectos, escribiré lo mismo, bien grande y en negrita…

DEJAR FLUIR

Si, este año tengo que aprender a dejar fluir la vida, dejar que las cosas vayan sucediendo, y con esto, no quiero decir que haya que dejar de luchar, de planear, de plantearnos metas y trabajar en ellas, sino que hay que ir a por ellas con tranquilidad y disfrutando del camino, y si llegamos al final, perfecto, pero si no, no pasa nada, seguro que todavía no era el momento.

Claro está, esto no es fácil, y sobre todo para gente como yo; impaciente, poco constante y un poco controladora, pero no hay nada en el mundo que no se pueda aprender, así que me pongo a ello desde ya.

Y bueno, solo espero que haya alguien en el mundo, al que esto no le suene a chino y se sienta un poquito identificad@ conmigo, porque no me gusta pensar que soy un bicho raro y la única loca que quiere controlarlo todo…porque si esto fuese así y estuviera digna de manicomio, mi reflexión daría para escribir un libro.

«Al final todo saldrá bien, y si no sale bien, es que aún no es el final».

Nos seguimos viendo en los #21diasdefrio.