Bueno, bueno, bueno…primera semana navideña, ¡¡¡superada!!! Buff, no sé vosotr@s, pero yo ya estoy agotada. Carreras y más carreras, cuadrando agendas para poder estar con todo el mundo…una copita de vino por aquí, una cervecita por allí, un cafelito aunque sea rápido….y de pronto te das cuenta de que, literalmente, no tienes ni días, ni horas para disfrutar de la Navidad.
Fotografía
Nueva confesión: Me encanta tener razón…
Pero, en esta ocasión, podía haber pasado sin ella. ¿¿Os acordáis de lo que os hablé, en el último post?? Pues ya veis, aquí tenéis caso práctico como muestra… yo elegí el frío como temática del reto y la vida decidió, que el frío que me daría, serían 25 grados.
¿¿Conoces ese dicho de; «tú propones y Dios dispone«??
Pues no sé si será Dios, la vida, los elementos o el universo, pero el hecho es que nos pasamos la vida haciendo planes, que luego ella misma, se encarga de desbaratar cual torre de naipes. ¿¿Y que podemos hacer por evitarlo?? NADA!! y entonces, ¿por qué nos frustramos?
Aún no ha terminado el otoño, y ya estamos hablando de frío…ya dijimos adiós, a los todavía cálidos colores otoñales, para pasar a los gélidos blancos y azules…hemos entrado de lleno en el mes de diciembre, con gorros, guantes y bufandas, para vivir a tope el último mes del año…un mes, que para muchos es alegría, fiesta e ilusión y para otros es nostalgia, melancolía y tristeza. Independientemente de cual sea tu caso, lo que si es verdad, es que diciembre es un mes de hacer balance, de echar la vista atrás y hacer un visionado de lo que ha sido el año…coger la lista de buenos propósitos del año anterior y comprobar cuales han sido cumplidos y cuales deberemos poner nuevamente en la lista de este año…
Hace 21 días, empecé un proyecto fotográfico como desafío personal, y del cual, me hacía especial ilusión el haceros partícipes, pero nunca llegué a imaginar, vuestra implicación y motivación con dicho reto. Cada una de vuestras imágenes y comentarios me han emocionado e inspirado, por eso, este primer cierre de ciclo tenía que ser especial.
Hoy termina la segunda semana del #reto21diasdefotografia, la cual, ha venido cargada de manjares gastronómicos. No lo puedo negar, he estado de antojo y me iban apeteciendo todas y cada una de las delicias otoñales. La verdad, es que los sabores, al igual que los olores, me transportan en el tiempo, hacen que me broten los recuerdos y me hacen sentir que se acerca mi época favorita del año, la Navidad. Ya no puedo evitar, el comprar adornos, polvorones, trufas, ir haciendo listas de regalos e incluso comprar alguno…y mira que no soporto que adelanten las fechas (es insoportable ver, por ejemplo, abrigos en Agosto) pero he de confesar, que con la Navidad no me importa, porque por mí, duraría al menos medio año.
Ya este fin de semana, he aprovechado para adelantar alguna de las cosillas, que os tengo preparadas para Navidad, y que poquito a poco os iré enseñando.
Viento en popa a toda vela, va navegando este reto fotográfico, que zarpó hace ya 7 días.
No puedo estar más feliz, con la acogida del proyecto. Ver como os habéis lanzado a participar, me da una inyección extra de motivación. Solo puedo agradeceros vuestra implicación, vuestro entusiasmo y vuestras palabras bonitas.
Y sí, ahora hablo en plural, porque ya somos muchos, y eso me emociona.
Sí sí, lo admito, soy «vaguilla». Y aunque me da un poco de vergüenza decirlo, no puedo ocultarlo. La comodidad me llama, y me cuesta la propia vida salir de mi zona de confort y dar el primer paso para hacer cualquier cosa, aunque sea para hacer lo que mas me guste y me apasione. Por eso, estoy continuamente poniéndome retos y metas personales, porque eso sí, soy tremendamente responsable y tenaz, y cuando adquiero un compromiso no lo abandono jamás.
Así que, sin duda, mi nuevo proyecto fotográfico, no podía ser otro.
TE LO CUENTO:
Que difícil se hace estar lejos de la gente que quieres.
Que difícil es no estar en casa, en los momentos únicos e irrepetibles…
Que extraño es ver como tu hermana pequeña se hace mayor.
Que extraño es ver como las cosas cambian….
Cuando una hermana recorre cientos de kilómetros, para asistir a la ecografía, en la que se sabrá el sexo de su sobrino@, la víspera no podría vivirse de otra manera, que luciendo tripita. Porque no hay motivo por el cual, no fotografiar cada instante de un embarazo, y porque las titas son únicas -madres disfrazadas de amigas- y porque también son parte de esta nueva etapa…
Una tarde divertidísima, en la que las risas fueron la banda sonora, y en la que las miradas de ternura y complicidad se sucedían entre estas hermanas.