Pues 21 días de colores, que llegan a su fin…y es que, que rápido pasan ¿verdad?…no sé si me hago mayor, o es que al tiempo le han puesto algún tipo de acelerador, que hace que pase por delante de mí, sin apenas darme cuenta.
21diasdecolores
Que penita, ya acabaron las mini vacaciones de Semana Santa…aunque como ya sabéis, por muy minis que sean, yo este año ni las he olido…pero bueno, los ratitos para cervezas y tapitas, los he sacado, así que, no me quejo.
No creais que se me ha olvidado, que os debo un post-crónica de mi aventurilla catalana…y digo aventurilla, porque siempre me pasa lo mismo, creo una expectación bestial, y luego me digo a mi misma… “¿¿Lucía, tu eres tonta?? Esto que a ti te daría para escribir una trilogía similar a la de El Señor de los Anillos, ¡¡¡es el día a día de muchísima gente!!! ¡¡Que aventura ni aventura!! … pero bueno, no puedo contároslo, sino de la manera en la que lo he vivido, y no puedo ocultar, que aunque mi interior y mi esencia, es la de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York, cuando me sacan de Huelva, me convierto en una auténtica catetilla.
¿¿Alguna vez os habéis lanzado a hacer algo con los ojos cerrados??
Si, así en plan me lanzo a la piscina, sin ni siquiera mirar a ver si está llena…
Yo últimamente lo estoy haciendo mucho, bueno, en general mi vida es un constante concurso de saltos, en el que a veces hago un triple giro mortal que pone al público en pie, y a veces, me lanzo desde 10 metros a una mini charquita, lo que conlleva, lógicamente, un pechugazo del quince…