Que difícil se hace estar lejos de la gente que quieres.
Que difícil es no estar en casa, en los momentos únicos e irrepetibles…
Que extraño es ver como tu hermana pequeña se hace mayor.
Que extraño es ver como las cosas cambian….
Cuando una hermana recorre cientos de kilómetros, para asistir a la ecografía, en la que se sabrá el sexo de su sobrino@, la víspera no podría vivirse de otra manera, que luciendo tripita. Porque no hay motivo por el cual, no fotografiar cada instante de un embarazo, y porque las titas son únicas -madres disfrazadas de amigas- y porque también son parte de esta nueva etapa…
Una tarde divertidísima, en la que las risas fueron la banda sonora, y en la que las miradas de ternura y complicidad se sucedían entre estas hermanas.
2 Comentarios
Qué curiosa es a veces la vida!
Uno de tus primeros post habla de hermanas que viven a kilómetros, estando una de ellas embarazada…
Es mi caso! Mi hermana pequeña me ha tomado la delantera! (jiji), espera su primer retoño y no vive cerca, no…
Así que aprovecharé este puente en Madrid para visitarla! Y fotos haremos, vaya que haremos… aunque no haya playa y quizás no queden tan profesionales como estas que compartes…
Preciosas!!
Enhorabuena por el blog y bienvenida!!!
Hola Arancha!!! Cierto, que casualidad!! Es difícil estar lejos de los nuestros, y sobre todo, en momentos especiales como es un embarazo…pero eso hace que vivamos mas intensamente los escasos momentos que compartimos con ell@s, por eso, disfruta a tope de estos días con tu hermana y captura todos los momentos que puedas. No sé, si mis fotografías son muy profesionales o no, aunque te agradezco enormemente el halago, pero lo que si sé, es que son momentos que no volverán jamás…y esa es la esencia de la fotografía…detener el tiempo para siempre. Disfrútalo preciosa. Ah por cierto!! ese «lavado de cara» te ha quedado genial. Besazos y gracias por quedarte por aquí un ratito.